El chef como “marca” y sello de tu restaurante
Publicado por Karla Garza on 30.10.23
¿Sabes qué es mejor para el público que un gran platillo? ¡Un gran platillo hecho por una gran personalidad!
Sabemos que el chef es el alma y el centro de una cocina comercial: es el líder creativo, muchas veces el organizador, el gestor, el maestro en la capacitación del personal de cocina, en fin, es la estrella.
Aunque claro, hay miles de estrellas en el firmamento restaurantero. Así que distinguirse es importante, de ahí que cada día cobre más auge la visión y el desarrollo de la “marca-chef”, es decir, el chef desde el branding, el chef como imagen, el chef como identidad del negocio.
Y eso es lo primero que una “marca-chef” logra en beneficio del negocio: una distinción. Incluso para darle mayores tonalidades de identidad al restaurante.
Sobre todo, si el chef es “especial” de algún modo (por ejemplo, un chef español cocinando en un restaurante de comida española en México, o un chef que ha ganado algún premio, o un chef que haya cocinado para alguna personalidad, o un chef que tenga un estilo para cocinar muy particular, o muy atractivo visualmente –como chefs que hacen algún tipo de “malabar”-, etc.).
La clase de chef que es considerado un artista, puede ser considerado también un activo y un gran gancho publicitario del restaurante, un generador de contenido, por, para y desde el restaurante, y un canal de contacto con el público, con rostro, personalidad y talentos. Es decir, puede volverse la marca, de la forma más completa y viva posible, ya que una marca o el “branding”, no es únicamente un nombre o un logotipo, sino también el conjunto de significados que lleva asociados.
Si tú eres el creador gastronómico o el chef de tu restaurante, debes ponerte en el centro de todo el escenario. Si no eres el chef, debes identificar sus ventajas competitivas y lanzarlo o apuntalarlo para convertirse en esa figura central.
¿Cómo? Aquí algunas pautas:
Destacar los valores
Las marcas transmiten valores intangibles a través de lo que son y de cómo son percibidas, es decir, a través de su identidad y su imagen y la forma en la que esta actúa con su entorno. Así mismo, un chef puede asociarse a determinados valores o resultados, ya sea, por ejemplo, por su trayectoria, su forma de cocinar, su relación con la comunidad, su nivel de innovación, su familiaridad, su calidez, su sentido del humor, su historia, su linaje, su sentido ecológico, su especialidad o su amplio conocimiento de un platillo o de un ingrediente en particular, etc.
Salir de la cocina
Para lograr consolidar una “marca-chef”, el chef debe salir de la cocina. Se le debe poder ver en eventos, redes sociales, programas de televisión o de radio, convivencias especiales, y, de manera muy importante, en la publicidad del negocio. Es decir, se le debe poder conocer.
Crear contenido
Junto con salir de la cocina, se debe pensar en el chef como creador de contenido. Desde recetarios y libros, hasta conferencias, pasando, claro, por fotografías y videos de todo tipo sobre su trabajo y su aspecto humano también.
Ser consistentes con el restaurante
Si el nombre de un chef se convierte en sinónimo de un valor y es portador de significados, estos valores y significados deben estar casados con los del mismo restaurante para aprovechar el impulso mutuo.
Crear recuerdos, ser memorables
Sin experiencia emocional no hay verdadera experiencia del cliente, ni posibilidad de crear fidelización. Explotar la personalidad, los valores, los detalles que nos hacen distintos, y que hacen que podamos ofrecer algo distinto a los comensales.
Considera, además, que ya se ha identificado en la industria que los mejores chefs no son los más mediáticos necesariamente, y viceversa.
El marketing lo es todo. No te conocerán (o a tu chef) sin publicidad, sin que aparezca algo atractivo cuando “googleen” tu nombre o el de tu chef. Es sin duda una inversión necesaria y redituable, tanto para el chef como para el restaurante.
Por si fuera poco, una marca-chef, no solo “levanta” la marca del restaurante, lo hace incluso con el barrio, la ciudad y en algunos casos hasta el país en el que opera.
Así que, diferenciarse es obligatorio para sobrevivir. Pero ve más allá: sé único.