¿Le falta capital a tu restaurante? ¡Conoce tus opciones!
Publicado por Karla Garza on 30.10.23
Es común que los negocios atraviesen momentos en los que necesitan liquidez, ya sea para continuar, o bien, para crecer o modernizarse.
Tramitar préstamos se vuelve muchas veces inevitable. Sin embargo, es una decisión que debe estudiarse bien para conseguir que sea provechosa para el negocio, y no al revés.
Antes que nada, hazte las preguntas pertinentes para tener en cuenta dónde está parado el negocio y analizar mejor tus opciones.
En primera instancia, existen tres opciones: los préstamos de largo plazo, los de corto plazo, las tarjetas y las líneas de crédito. Veamos más a detalle:
Préstamos de largo plazo
Suelen ser útiles si necesitas una cantidad de dinero grande, por ejemplo, para comprar un local o un terreno para tu negocio, comprar maquinaria nueva o hacer alguna remodelación importante.
Claro, necesitas un buen historial de crédito y mucha documentación (además de paciencia, porque suelen ser trámites largos y engorrosos). Como ventajas, tendrás más tiempo para pagar y un interés más bajo.
Los préstamos comerciales suelen ser a tasa fija con plazos cortos (de 90 a 120 días generalmente), y requerir una garantía (por ejemplo, tu inventario o tu casa).
Préstamos de corto plazo
Si, por el contrario, tu historial crediticio no es perfecto, o bien, no necesitas tanto dinero, el préstamo a corto plazo puede ser una mejor opción, ya que está diseñado para pagarse en un año o año y medio, y es posible adquirirlo sin tanta exigencia en tu historia crediticia.
La desventaja es que, en general, las tasas de interés suelen ser más altas que las de los préstamos a largo plazo. Sin embargo, como ventaja, puedes recibir el dinero relativamente rápido.
Tarjetas de crédito comerciales
Son una opción muy popular porque también son muy fáciles de obtener, aunque suelen ser bastante más caras que un crédito a corto plazo, y por lo general, el techo es más bajo que el de una línea de crédito.
Su principal ventaja es la flexibilidad que tendrás para usarlas, aunque hay que tener cuidado y usarlas con criterio, porque es fácil excederse.
Líneas de crédito comerciales
Esta opción es ideal para atender puntualmente momentos de falta de liquidez o problemas temporales de fondos.
Las líneas de crédito son créditos rotativos con un monto máximo de fondos disponibles a través del banco, que puedes usar cada vez que el negocio tenga una urgencia económica.
La principal ventaja que tienen es que puedes elegir cuándo devolverlo. Los períodos de las líneas de crédito suelen empezar en 90 días y, por lo general, se pueden renovar si es necesario.
Acuerdos entre empresarios
Además, si el fin último del dinero tiene que ver con compras, también existe la opción de un crédito comercial, que es más bien un acuerdo logrado con proveedores, ya sea para extender plazos de pago, o pagar en cuotas.
Por supuesto, es la opción que cuesta menos, y termina siendo en realidad también un tipo de línea de crédito. También puede servir para financiar proyectos que quizá no serían viables si hubiera que pagar por adelantado.
Sin embargo, también tiene sus desventajas, como que se crea un pasivo en el balance general (lo que los contadores lo llaman “cuentas por pagar”), dificultando la contabilidad, y que puede crear una gran cantidad de deuda a corto plazo si se usa mucho.
Ten cuidado
Por último, debes saber que abundan las ofertas de préstamos a corto plazo en Internet y muchas de ellas son una absoluta estafa de diseñada para empresarios con problemas de liquidez, así que ten cuidado, conoce bien a quién le estás pidiendo un préstamo.
Por otro lado, si ya tienes un banco principal desde hace tiempo, conviene primero consultar con ellos.
Las pequeñas empresas muchas más razones para buscar las mejores opciones de financiamiento… ¡evalúa bien!