La industria restaurantera en tiempos de home office
Publicado por Karla Garza on 30.10.23
México era de esos países cuyas cabezas administrativas se resistían al home-office, hasta que la pandemia llegó.Como en todas partes, se impuso como una necesidad para cumplir con una las medidas sanitarias y el distanciamiento social. Casi todas las grandes empresas, más de la mitad de las medianas, y una tercera parte de las pequeñas, comenzaron a implementarlo desde abril pasado.
Y entrando al 2021, más de la mitad de los oficinistas siguen trabajando desde casa.
Así que el trabajo remoto sigue siendo y según las predicciones, seguirá siendo, una realidad para una parte de la población, que, por cierto, apoya en su gran mayoría que el home-office sea permanente, y del 97% que apoya la idea, 3 de cada 10 quisiera que al menos se hiciera tres días a la semana.
La relación con las afectaciones a la industria restaurantera no debe buscarse mucho. Se trata de una de las industrias más afectadas por la pandemia, que ha perdido un cuarto de millón de empleos, según estiman sus líderes nacionales.
Sin duda el home office es una de las nuevas condiciones que resta comensales en los locales de esta industria, sin embargo, aún en medio de la crisis, se pueden buscar opciones y generar alternativas para rescatar lo perdido. Y muchos restaurantes lo están intentando.
Desde las grandes cadenas, como el ejemplo de Vips, que lanzó a finales de 2020 su concepto Vips Office, aprovechando que todos, como declararon en un comunicado, “hemos sido testigos de que el home office no es lo que parecía, por diversos factores como espacio, convivencia con familia, rutina y horarios”, y ofreciendo, por lo tanto, espacios sanitizados, con café ilimitado y con cobertura de internet, además de un menú más accesible. Todo para pasar la jornada laboral en el restaurante mismo.
Hasta los más pequeños, que están ofreciendo por ejemplo “menús ejecutivos” a precios de comida rápida, para “traer de vuelta” a una parte de los oficinistas que se encuentran en casa.
Y, de hecho, mientras no haya clientes en las mesas, los esfuerzos están enfocados en la tabla salvavidas que ha sido en estos tiempos el servicio a domicilio.
Pensando a futuro, algunos restaurantes están mudándose a zonas diferentes, quizá a zonas más habitacionales, o a donde ubiquen que sus clientes se encuentren ahora, o donde puedan fluctuar menos. Otros están buscando simplemente cambiar de local, a uno más accesible, o en otros casos, a donde puedan tener ventajas de distribución y arquitectura en tiempos como éstos, como locales con espacios al aire libre, por ejemplo.
Y otros, están considerando eliminar el servicio de comedor, convertirse en dark kitchens quizá, operar en locales más pequeños, con menos gastos, etc.
Lo que es un hecho es que se debe repensar el escenario de cada negocio en consideración de la población laboral que solía ser su clientela, pero ahora hace home office, y también en ese parte del público que seguirá, en el futuro post-pandemia, trabajando desde casa. En muchos casos, serán nuevos segmentos de mercado y habrá que reconocerlos como tales.
Los retos, las afectaciones, pero también los posibles beneficios, son aún inexplorados. A la industria restaurantera, una vez más, le toca adaptarse al cambio y procurar encontrar la forma de aprovecharlo para encontrar el éxito.