El merchandising visual o cómo enamorar a tus clientes
Publicado por Karla Garza on 30.10.23
Merchandising visual es un término en principio asociado a la moda y la industria textil, que, con los años, por su importancia y utilidad, se ha adoptado en otros sectores.
Hoy se puede aplicar a cualquier espacio donde se venda un producto o servicio, incluyendo los puntos de venta digitales.
En el caso de los restaurantes, cafeterías o bares, más allá de conseguirlo con la calidad y sabor de tus platillos o bebidas, se trata de buscar la satisfacción del cliente mediante la armonización de todos los elementos que integran su experiencia como consumidor, enfocándonos en sus emociones.
Todo el escenario y contenido de su experiencia: los colores, el diseño y la distribución de los muebles, la iluminación del lugar, la presentación del producto, la atención, la decoración, los aromas, la música, etcétera, forman en conjunto una atmósfera uniforme, y la idea es crear con ella experiencias positivas para el cliente.
Y claro, todo debe integrarse bajo una identidad visual coherente con el negocio, hay que imprimir la esencia de la marca en el establecimiento de forma perceptible.
Transmite el corazón de tu marca
Una vez que has definido bien tu público, tus diferenciadores de la competencia, los atributos principales de tu marca y lo que en realidad vendes, más allá de tu oferta gastronómica (calidad, salud, sofisticación, confianza, experiencia, etc.), hay que apelar con esos elementos al aspecto emocional, y hay que poner el sello de ese elemento (lo que en realidad vendes) en todas partes dentro de la experiencia del comensal. Es decir, organizar todos los elementos alrededor de ese concepto.
De hecho, y como hemos mencionado antes, el fenómeno de la percepción del sabor es multifactorial. Juegan las expectativas del comensal desde que entra al establecimiento, juega el ruido o la música, el ambiente, los tonos, la luz… la comida siempre les sabrá mejor en un lugar limpio, aromatizado, bien iluminado y con música ligera.
Por el contrario, el simple factor del ruido excesivo puede lograr que la percepción del sabor sea negativa, pues la incomodidad del usuario impactará su opinión.
Lo que se ve, se juzga
El primer punto de impacto de un cliente en tu establecimiento es su percepción visual. De hecho, una gran parte de los comensales habrán acudido por primera vez a tu establecimiento por haberse sentido atraídos por lo que percibieron, principalmente por lo que ven.
Por el contrario, pueden haber pasado de largo si el exterior o la entrada les desagrada o no les llama la atención, o simplemente lo perciben sucio, o descuidado, y nunca darle una oportunidad al negocio, aunque cuente con una excelente oferta gastronómica
En el marketing de los sentidos, todo cuenta
Una vez definido el ambiente general a crear, nada debe quedar fuera de él, cada rincón del local, objeto, producto y colaborador, debe integrarse bien, en armonía con la idea y el atributo principal que definiste como lo que en realidad vendes.
La limpieza y el mantenimiento se dejan ver enseguida por los comensales, así que estos deben ser prioridad.
El diseño del comedor y de los muebles es de alta relevancia. Hay que poner atención a cómo se dispone el espacio para una mejor percepción y aprovechamiento. En este punto, concretamente, las barras interiores están muy de moda. Si las hay, su disposición dentro del local y los elementos sobre ellas deben ser cuidadosamente atendidos.
La decoración, debe ser coherente también. Y todo debe agasajar los sentidos del comensal. Incluso la carta debe regirse por principios básicos del visual merchandising: debe ser sencilla, fácil de leer, moderna y atractiva.
En general, se requiere creatividad, ingenio y conocer a tu público para enamorarlo desde la primera vez, pero la experiencia será redonda y el resultado será clientes leales que volverán una y otra vez a tu local. Se trata de psicología del consumidor, y vale la pena entenderla, porque lo que el comensal quiere, es el alma de todo en esta industria.